martes, 26 de enero de 2016

Briales, guardapiés, tapapiés y basquiñas.


  
   Sayas, sayalejos o sagalejos, faldillas, briales, guardapiés o tapapiés y basquiñas, son clases de faldas que se usaban dependiendo de la temperatura, la función y la economía de cada caso.

   El guardapiés , tapapiés o brial es una de las piezas más usadas y representativas del siglo XVIII. Lo poseían todas las mujeres, de cualquier estrato social, variando sólo la calidad de los tejidos. Es una falda de vestir, por lo que generalmente es de seda ( aunque también se citan de lana ). Es muy común que las variedades más modestas fueran tejidas en casa, bien con seda de aldúcar, bien con la más inferior:

   “... de texido de casa verde, de toda broza de desperdicios de seda....” 
  
  
Esta anotación define lo que es el filadís o hiladillo. Se aprovechaban los hilos rotos y los sobrantes de otros trabajos, dando lugar a un tejido liso de baja calidad que presenta irregularidades o defectos en su textura.

Vemos en el gráfico como prácticamente todas las mujeres tenían faldas de seda.
Gráfico 3: Porcentaje de mujeres que poseen faldas en los diferentes tejidos.

  
  Todas las faldas, tienen en común el vuelo, que no suele ser menor de los cuatro metros y que se reparte en dos partes, siendo la delantera un tercio de la tela. Se ajustan a la cintura por medio de cintas y el largo varía, según se aprecia en antiguos grabados, de entre 10 a 15 cm del suelo.

   Tanto los guardapiés de lana, como los de seda que se confeccionan en casa, suelen ser de un sólo color y esto puede ser la razón que explique el alto porcentaje de piezas adornadas con encajes, puntillas y farfalanes, (volantes de un tejido diferente, en otro color o en el mismo).

Exposición del Grupo Almagrán : INDUMENTOS. (Fotos de Miguel).
  
   Resulta bastante interesante  indagar en la moda del farfalán. Si buscamos la palabra “farfalá”, el diccionario nos remite a “falbalá”. En 1732 se define como :
“Adorno compuesto de una tira de tafetán, ù de otra tela que rodéa las basquiñas y briales de las mugéres, toda alechugada y cosida por el canto superior y suelta por el inferior: y se suelen echar no solo uno sino dos, tres y aun quatro. Tambien se llaman assi las cenefas de cortinas puestas en la misma disposición. El uso de este adorno es moderno en España, y la voz tomada del Felbalo Húngaro. Oy comúnmente se dice Farfalá.”   (RAE A 1732 Pág: 709,2)  
   A partir de 1783, cuando consultamos “falbalá”, nos lleva a buscar “farfalá”, aunque siempre con el mismo significado. Desde 1869, este segundo vocablo se sustituye por “faralá”. Pero será en 1925 cuando se añada una segunda acepción :
2. fam. Adorno excesivo y de mal gusto”. (RAE U  1925 Pág: 561,1)
   Esto nos indica que ya se ha pasado la moda de este adorno, que perduró durante buena parte del siglo XIX.
   De los 120 guardapiés contabilizados, 45 tienen explícitamente este tipo de adornos, (37,5%). Otros 9 podrían llevarlos implícitamente, al hablarnos de dos tipos diferentes de tejidos (7,5 %). Sólo en 8 casos nos hablan de falta de guarnición: lisos o llanos (6,7 %) y en los 58 restantes no se dice nada al respecto (48,3 %).

“... Un guardapiés de chamelote de color de rosa con puntilla blanca en dos libras...” 

Reproducciones inspiradas por las descripciones de los ajuares. 
   Damascos, brocados y espolines realizados por artesanos valencianos, muy cotizados tanto por la riqueza de sus dibujos, como por la diversidad de los colores, (incluidos hilos de metal de oro o de plata) eran tejidos que se compraban en Segorbe a las diferentes Compañías de Mercaderes de esta ciudad, aunque por su precio lógicamente estaban reservados a las familias más acomodadas.

   Una práctica habitual, gracias a la cual las familias podían hacer una buena dote para sus hijas, consistía en que de la seda que los labradores  vendían a los telares valencianos se reservaba una parte de lo que debían cobrar a cuenta, recibiendo más tarde el pago en forma de cortes de tela de estas categorías superiores.

   “... Un guardapiés de Princesa verde y blanco usado, en ocho libras diez sueldos...”

 La basquiña es un tipo de falda cuyo uso se extendió, aunque con cambios en la forma de coserla, hasta finales del siglo XIX o principios del XX en las zonas rurales. Aunque ahora la distinguimos por ser de color negro, no siempre fue así, siendo su carácter más formal quien la identifica.

   Entre la ropa femenina tratada por Albayzeta, no hay otro tipo de faldas que no sean basquiñas, que se describen acompañadas de su jubón en la mayoría de los casos. Unas veces son de seda “a flores”, otras veces con “rastreo” o cola, y también para niñas. La definición de "falda" que da el diccionario nos aporta datos sobre el uso de este tipo de ropa, ya que además del significado que hoy conocemos, hay otro que identifica la falda con la cola que arrastra sólo en el caso de ser una mujer de "alta autoridad" y en el caso de los enlutados en los entierros. En ningún caso se nombra el color, pero en todas ellas el largo de la falda es mayor por la parte trasera.



 Reproducción de BASQUIÑA Y JUBÓN A FLORES... (Página 12 del libro de Juan de Albayzeta).  https://www.youtube.com/watch?v=Tehy7c8QzfE


Unión de las piezas de la basquiña, vista desde arriba, y extendida. Unión de las piezas de un jubón sin  haldetas.

 Estas prendas del sastre están pensadas para las damas, pero entre labradores y gentes de nuestro entorno constatamos en los inventarios  que la mayor probabilidad de que un jubón y una falda conformen un traje se da cuando hablamos de basquiñas:

   “... Un jubón de Chamelote de color de Pasa apreciado en una libra , diez y seis sueldos.... ( )...Una basquiña de Chamelote de color de Pasa en tres libras y diez sueldos...” 

    Tenemos pruebas del uso de la basquiña negra durante el siglo XIX, pero en el siglo XVIII, si solamente 16 de las 54 mujeres estudiadas, ( el 27,7%), tienen alguna basquiña cuando están en edad de casarse, ¿sería que la usarían a partir de determinada edad además de en los lutos?  Recordamos aquellas señoras de los pueblos que en las primeras décadas del siglo XX todavía iban vestidas como de uniforme: todas de negro, con toquilla y delantal negro y pañuelo en la cabeza del mismo color.
   
Exposición INDUMENTOS

    Podéis consultar  en los glosarios el que corresponde a LA FALDA. 

2 comentarios:

  1. // ESTAS PUBLICACIONES SON MUY IMPORTANTES PARA LA VESTIMENTA ANTIGUA DE LAS ISLAS CANARIAS ( PAZ Y BIEN ) MANUEL ACOSTA; " SASTRE "

    ResponderEliminar
  2. Ese es el objetivo, que el trabajo de unos y de otros sirva para darnos mutuo apoyo. Muchas gracias por tu interés.
    Un saludo.
    Eva Mª Rodríguez.

    ResponderEliminar