sábado, 2 de enero de 2016

El jubón y el justillo.


EL JUBÓN

  Las mujeres de las clases populares mantienen una prenda clásicamente española que había sido exportada a todas las cortes europeas en los siglos anteriores:  el jubón, al que van adaptando la nueva estética.

   Los oficios de sastre-mestre- giponer y giponer o juponer en el siglo XV en Segorbe están documentados en el estudio de Joaquín Aparici “ El Alto Palancia como polo de desarrollo económico en el siglo XV. El sector de la manufactura textil”.

   En la indumentaria popular el jubón es una prenda independiente que cubre el cuerpo hasta la cintura y así se recopilan en los inventarios, pudiendo o no formar parte de un traje.


Para cortar este Jubón a flores, lo primero cortaré la Seda, y la pondré a su labor, y por nuestro lado salen los delanteros, y por el otro lado la espalda, en medio de estos sale una bota, y una aldilla pequeña y luego las mangas, y al lado la otra bota. Lleva de vara de Aragón, dos varas y media. Saldrá con lo dicho, como se ve figurado por esta Traza”.

( Trancripción de una parte de la Lám. 101 del libro “Geometría y Trazas...”. Juan de Albayzeta.  )


   El tejido más habitual es la seda en muchas variedades: damasco, filadíz, paño de seda, aldúcar, seda de faya  o saya de reina,  sipa de seda,  nobleza, munumana de seda, tafetán de la China, espolín de la China, etc. Le sigue el terciopelo (que también era de seda) y la lana: albornoz , barragán , bayetón , burazo , calamanca , chamelote , estameña , paño o paño fino. Más escaso es el lienzo y algún tipo de algodón: la indiana.

Gráfico 1:  Porcentaje de mujeres que poseen jubones de los diferentes tejidos.


   Para hablar del color hay que distinguir los tejidos, puesto que, por ejemplo en los de terciopelo predomina el negro, aunque hay uno con felpillas azules y vueltas de raso azul.

   Los de lana son negros, marrones o derivados. Hay uno de color de pasa y otro albercocado, es decir, del color del albaricoque. Un tercero se describe como verde rayado.

   En el grupo de la seda el color que más abunda es el negro y le siguen los morados, rojos, azules, blancos o beiges, amarillos, combinados y con flores.

   En general, los jubones que están confeccionados con los tejidos más ricos lo son también en variedad de colores, en los diseños de las telas (damascos, espolines...), y en los adornos.

   En total, en el 35,3 % de los casos el color es el negro, el 42,4 % son de otro color y en el 22,3 % no nos aportan esa información.

   En cuanto a la tipología, distinguimos los de mangas largas y ceñidas o cortas. En los de manga larga se puede adornar el acabado del puño de forma variada: despegada en puntas, con vuelta o ajustada por medio de botones que se nos muestran de plata y de filigrana.

“... Un jubón de Aldúcar morado de cochinilla con botones de plata, nuevo en tres libras ...” 

   “...Otrosí : Un jubón de terciopelo negro con Botones de filigrana en doce libras ...”
  
   A propósito de las mangas, en las Cartas Matrimoniales de Vicente Sanz y Rosa Calpe, vecinos de Segorbe, se citan “...unos buelos con randa en treze sueldos”. ¿Qué quiere decir esto? El Diccionario de la Academia de Autoridades en 1729 recoge la acepción de  vuelo como:

“...Significa tambien un adorno del brazo por la parte de la muñeca, especialmente en las mugeres: llamado assí porque vá al áire;...”
  
   Esto son las puntillas en la bocamanga, que se cosían a una cinta y de esta manera se podían utilizar con diferentes jubones.

    Las mangas, que Juan de Albayzeta describe como "mangas justas"son largas y pueden llegar a ser tan estrechas que a veces no se pueden coser por completo al hombro ya que se impediría el movimiento del brazo. A esa parte que se queda sin coser se le llama "sobaquera".

   SOBAQUERA  : s.f. La abertura que suele quedarse de propósito en los vestidos en la union de la manga, y cuerpo á la parte del sobaco...  RAE U 1791 (Pag: 769,2) 

   Diferentes son las "mangas de Estado", que vienen a ser una versión de las mangas perdidas con una forma característica. Éstas  parecen haber quedado relegadas a los jubones de aquéllas damas de la corte que todavía no hubieran caído bajo el influjo de la moda francesa. Su destino final es la desaparición, como ya ocurrió con las mangas arrocadas o acuchilladas.

    Cuando se trata de jubones de manga corta, ésta puede terminar por encima o por debajo del codo, siendo éstas las más lujosas. También puede llevar numerosos adornos.

   El sastre aragonés describe las "vueltas también llamadas botas" de las mangas. Este adorno consiste en añadir un trozo de tela vuelto y recogido en frunces o pliegues en la bocamanga, al que no hay que confundir con el rodete :

    RODETE : Llaman tambien el adorno de la misma ú otra tela, que se pone en las mangas de las casacas de las mugéres, por encima de la sangría del brazo… RAE U 1791. (Pag: 736,1)

   Parece haber consenso entre los diferentes investigadores al afirmar que los jubones que más aparecen son los que rematan la cintura con aletas cortadas, para permitir el vuelo de la falda. Si son de manga corta también es más numeroso el grupo de los que tienen mangas por encima del codo, adornadas con galones y encajes que salen de su interior y que    corresponden a las mangas de las camisas, aunque en ocasiones se imitan.

“... Otrosí : Un jubón de estameña glasada guarnecido con randas en tres libras y diez sueldos ...” 


    Para ciertas ocasiones, como por ejemplo para entrar a una iglesia, era preceptivo utilizar la manga larga, para lo cual se idearon unas piezas, los  manguitos, que eran como unas medias mangas ajustadas que cubrían desde los codos a las   muñecas. Así, en verano las mujeres podían seguir utilizando justillos  y jubones de manga corta que quedaban disimulados en esos momentos entre los mantos o las mantillas y los manguitos.

   En la parte delantera todos tienen una pieza en forma de V más a menos pronunciada, la pala u ojetera que siempre va envaretada, es decir rellena de varas a modo de ballenas. El resto de la pieza también puede llevarlas formando diversos diseños, siempre con la función de ceñir y dotar de rigidez al cuerpo. Aunque no es lo más habitual, los pespuntes que contienen dichas varas pueden quedarse en el forro, que es de algún tipo de lienzo bastante consistente, de manera que el exterior del jubón quede liso.

   Las varas son de algún material común en cada terreno que tenga como característica imprescindible poder aportar esa dureza, como los brotes de olivera, cañas, esparto etc. De esta forma el tronco de la mujer tiene forma de cono invertido. La cintura será la parte más estrecha del cono, mientras que el pecho queda oprimido sin opción de marcar las curvas.

   Aunque citamos la pala, ésta puede ser independiente unida al resto con una costura o estar integrada en la misma parte delantera en cuyo caso se diferencia por los pespuntes del envarillado.

  EL JUSTILLO

 El justillo se estructura de manera similar, con la particularidad de no llevar mangas. La parte del hombro puede ir cerrada en forma de tirantes.

   La diferencia más llamativa es la utilización de las sedas: si en los jubones el porcentaje era del 60 %, en este caso se eleva hasta el 85 % aproximadamente. 

   Aunque para la conformación del traje regional en la comarca del Alto Palancia se desestimó el uso del espolín, si que aparece este tipo de tejido en los inventarios. De hecho se refiere la producción de seda en Algimia de Almonacid, Almedíjar, Altura, Azuébar, Bejís, Benafer, Cárrica, Castellnovo, Caudiel, Chóvar, Gaibiel, Gátova, Geldo, Higueras, Jérica, Matet, Navajas, Pavías, Sacañet, Segorbe, Soneja, Sot de Ferrer, Teresa, Torás, La Vall de Almonacid, Villatorcas y Viver en "Indumentària Tradicional Valenciana. Matèries primeres, color i ornamentació en la roba tradicional" de Francesc Xavier Rausell Adrián. (Andana Editorial. 2014, págs 37 y 38).

  Predomina el color rojo (carmesí, carmexizo), seguido del azul, el verde, el blanco (campo de leche, color de oblea, color de leche), combinados (blanco y azul, azul y carmesí) y los de flores y espolín.

...”Otrosí: un justillo de espolín de China en precio de una libra ...” 

“...Otrosí: Un justillo de estofa carmesí usado en dos libras…” 




Gráfico 2: Comparación de los colores utilizados para la confección del jubón y del justillo.


   Los inventarios dan una proporción de un justillo por cada tres jubones, lo que viene a ser el tiempo de verano. Sin embargo, han llegado a nuestros días muchos justillos y pocos jubones. La causa de este desajuste podría venir dada por el propio desgaste por el uso, por ser el justillo fácil de guardar, porque un jubón estropeado se puede reconvertir en justillo y porque se ha podido seguir utilizando esta prenda como corsé interior en épocas más tardías.






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      En este punto os aconsejo visitar la parte del GLOSARIO que habla de los tejidos y la de las prendas de tronco femeninas.

        Doy las gracias a Josep Antoni Durá i Vives por su colaboración desinteresada en la búsqueda de prendas originales que nos ayudan a visualizar los diferentes conceptos aquí expuestos.

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